sábado, 29 de octubre de 2011

Democracia 4.0

Galego

Esixe aos nosos representantes que tramiten unha reforma para permitir a votación cidadá directa no Congreso dos Deputados

Os nosos deputados representan a soberanía popular, pero a soberanía nacional reside no pobo (art. 1.2 CE)

Como cidadáns queremos participar directamente na toma de decisións que nos afectan, porque agora sabemos que isto e posible, dende as nosas casas y grazas a Internet.

En decembro do 2008 a Cámara das Cortes Valencianas facilitou a unha deputada de baixa por maternidade un sistema de firma dixital que lle permitía votar dende a súa casa a través de internet. En xullo de 2011 se introduciu a mesma posibilidade de voto por internet no Congreso dos Deputados.

En xuño de 2010, Juan Moreno Yagüe, avogado de Sevilla, redactou un escrito de carácter administrativo, fundamentando nas normas vixentes, solicitando ao Congreso dos Deputados que lle permitira participar nas votacións da Cámara. Dende a súa casa, a través de Internet.

A través deste escrito argumentábase que xa que somos 35 millóns de cidadáns maiores de idade, a quen nos representan 350 deputados, existe a posibilidade de descontar unha pequena cota de representación por cada cidadán, unha trinta e cinco millonésima parte (a cota da soberanía que nos corresponde), para que cada un de nos puidese participar por vía telemática, se así o desexa, nas votacións do Congreso.

Como todos os deputados representan en conxunto a soberanía popular, a todos se lles restaría a parte proporcional correspondente ao número de cidadáns que decidisen utilizar o seu dereito a votar.

¿Que significa isto? Que por cada cen mil cidadáns que votaran on-line, un escano volvería ao pobo. Se foramos un millón, pois dez escanos para a cidadanía.

Simple. Democracia Real, de verdade. Cando estou interesado, entro e voto. E cando non, que vote o deputado. Como mínimo, crease o dereito de veto ciudadán de maneira instantánea. O control sobre as decisións tomadas no Parlamento, por parte das persoas, crecería. Os presupostos, os recortes sociais, as medidas máis polémicas e de maior transcendencia poderían ser avaliados e controladas por os destinatarios das mesmas, os cidadáns, o que obrigaría a os deputados a tomarse máis en serio o seu traballo, a sabendas de que moitos ollos o fiscalizan. Precisamente, os ollos das persoas que, cos seus impostos, lles pagan bos soldos e boas pensións de xubilación. En definitiva, eliminaríase o actual cheque en branco que supón as eleccións e se constituiría unha democracia en tempo real, responsable y esixente.

Este escrito encontrase na Comisión de Garantías Constitucionais do Congreso dos Deputados dende novembro do 2010 e seguimos esperando unha resposta, que deberían haber ofrecido aos tres meses, como din as leis, pois non se permite nesta materia o silencio administrativo.

Supoñemos que o feito de que se aprobe esta medida, que devolvería a soberanía ao seu lexítimo titular, non agradaría demasiado as súas señorías. Estamos replantando directamente a lexitimidade do órgano lexislativo e o verdadeiro papel que deben desenrolar os nosos representantes, que non mandan sobre nos, senón que cobran por atender os nosos intereses. Esta proposta está tan detallada e desenvolvida que pode poñerse en funcionamento xa.

Non se propón, polo tanto, prescindir do Congreso, nin dos deputados, nin dos partidos, ni das eleccións. O que se propón e a combinación de ambos sistemas de participación política, pois cremos que as condicións materiais e xurídicas non so o permiten, se non que o fan imprescindible, polo que ha chegado o momento de facer uso da nosa cota de Soberanía, de decidir, cando nos queramos, sobre o noso futuro.

Para mais información: http://d40.mentecolmena.org/es

Castellano

Exige a nuestros representantes que tramiten una reforma para permitir la votación ciudadana directa en el Congreso de los Diputados

Nuestros diputados representan la soberanía popular, pero la soberanía nacional reside en el pueblo (art. 1.2 CE)

Como ciudadanos queremos participar directamente en la toma de decisiones que nos afectan, porque ahora sabemos que esto es posible, desde nuestra casa y gracias a Internet.

En diciembre de 2008 la Cámara de las Cortes Valencianas facilitó a una diputada de baja por maternidad un sistema de firma digital que le permitía votar desde su casa a través de internet. En julio de 2011 se introduce la misma posibilidad de voto por internet en el Congreso de los Diputados.

En junio de 2010, Juan Moreno Yagüe, abogado de Sevilla, redactó un escrito de carácter administrativo, fundamentándolo en las normas vigentes, solicitando al Congreso de los Diputados que le permitiera participar en las votaciones de la Cámara. Desde su casa, a través de Internet.

A través de este escrito se argumentaba que ya que somos 35 millones de ciudadanas y ciudadanos mayores de edad, a quienes nos representan 350 diputados, existe la posibilidad de descontar una pequeña cuota de representación por cada ciudadano, una treinta y cinco millonésima parte (la cuota de soberanía que nos corresponde), para que cada uno de nosotros pudiese participar por vía telemática, si así lo desea, en las votaciones del Congreso.

Como todos los diputados representan en conjunto la soberanía popular, a todos se les restaría la parte proporcional correspondiente al número de ciudadanos que decidiesen utilizar su derecho a votar.

¿Qué significa esto? Que por cada cien mil ciudadanos que votaran on-line, un escaño volvería al pueblo. Si fuéramos un millón, pues diez escaños para la ciudadanía.

Simple. Democracia Real, de verdad. Cuando estoy interesado, entro y voto. Y cuando no, que vote el diputado. Como mínimo, se crea el derecho de veto ciudadano de manera instantánea. El control sobre las decisiones tomadas en el Parlamento, por parte de las personas, crecería. Los presupuestos, los recortes sociales, las medidas más polémicas y de mayor transcendencia podrían ser evaluadas y controladas por los destinatarios de las mismas, los españoles, lo que obligaría a los diputados a tomarse más en serio su trabajo, a sabiendas de que muchos ojos lo fiscalizan. Precisamente, los ojos de las personas que, con sus impuestos, les pagan buenos sueldos y buenas pensiones de jubilación. En definitiva, se eliminaría el actual cheque en blanco que suponen las elecciones y se constituiría una democracia en tiempo real, responsable y exigente.

Este escrito se encuentra en la Comisión de Garantías Constitucionales del Congreso de los Diputados desde noviembre de 2010 y seguimos esperando una respuesta, que deberían haber ofrecido a los tres meses, como dicen las leyes, pues no se permite en esta materia el silencio administrativo.

Suponemos que el hecho de que se apruebe esta medida, que devolvería la soberanía a su legítimo detentador, no agradaría demasiado a sus señorías. Estamos replanteando directamente la legitimidad del órgano legislativo y el verdadero papel que deben desarrollar nuestros representantes, que no mandan sobre nosotros, sino que cobran por atender nuestros intereses. Esta propuesta está tan detallada y desarrollada que puede ponerse en funcionamiento ya.

No se propone, por tanto, prescindir del Congreso, ni de los diputados, ni de los partidos, ni de las elecciones. Lo que se propone es la combinación de ambos sistemas de participación política, pues creemos que las condiciones materiales y jurídicas no solo lo permiten, si no que lo hacen imprescindible, por lo que ha llegado el momento de hacer uso de nuestra cuota de Soberanía, de decidir, cuando queramos, sobre nuestro futuro.

Para más información

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